Esta historia no es solo sobre un hombre. Es sobre un destino que pudo haber sido sellado... y una elección que lo cambió todo.
Dentro de Matrix, era solo otro engranaje, una pieza en un sistema diseñado para mantenernos dormidos. No era un hacker, no era un soldado… pero tenía algo más peligroso: dudas.
Él veía patrones.
Hacía preguntas.
Se preguntaba por qué la realidad se sentía tan… artificial.
Y el sistema lo vio. El sistema lo marcó.
Las máquinas no solo destruyen a quienes las desafían… también los convierten en suyos. Orfeo estuvo a punto de ser moldeado, de ser reprogramado para servir a la simulación sin siquiera saberlo.
Pero antes de que la Matrix cerrara su puño sobre él… alguien lo encontró: La nave Ghost, el Capitán Ice.
Despertar no fue un alivio. Fue una caída brutal. Un abismo sin suelo.
¡Porque cuando abres los ojos, cuando ves la verdad… no hay regreso!
Orfeo sirvió bajo el mando de Ice. No fue tratado como un elegido. Fue forjado en batalla, moldeado por la necesidad. Aprendió que la guerra contra la simulación no es cuestión de fe, sino de estrategia.
Aprendió que el sistema no solo destruye… también recluta.
Algunos humanos son detectados antes de que puedan despertar. Se convierten en sus peones. No porque sean débiles, sino porque el sistema los atrapa a tiempo. Y si Ghost no hubiera encontrado a Orfeo… hoy él sería uno de ellos.
Por eso, cuando obtuvo el mando de Nexus, supo cuál era su misión: encontrar a los próximos. Antes que la Matrix lo haga.
No todos los liberados eligen la verdad. Algunos prefieren el confort de la mentira. Y el sistema les da exactamente lo que quieren.
Ahora saben por qué estamos aquí. Por qué Nexus existe.
La simulación está a punto de colapsar en ciertos puntos. Hemos detectado anomalías: mentes que comienzan a cuestionar, a ver más allá de los espejismos.
Nos infiltraremos. Nos acercaremos a ellos. Les daremos una elección.
Ellos creerán que han elegido su destino. Pero en realidad, Orfeo tomará la decisión final.
Algunos serán reclutados para la resistencia. Otros… serán absorbidos por el sistema.
Ambos bandos son necesarios. Porque sin una sombra… la luz no puede existir.
Pero incluso el laberinto más perfecto… tiene una salida.
¡La pregunta es! ¿Tienes el coraje de buscarla?